La niña fresca, la niña Lagunera, patrimonio de la humanidad y reflejo de su belleza.

Siempre fuiste diferente aunque normalmente luzcas tu fría temperatura, tus calles peatonales esencia y elegancia como ninguna.


Conservas tus detalles porque te cuidas como solo tú sabes, tu casco histórico habla por sí solo y tantas historias atesoran tus fachadas.

Tu Concepción y catedral símbolos de una ciudad, ciudad de los adelantados te llaman o de Aguere, tu morada bandera ondea ante los alisios y tus adoquines por tus calles guardan mil detalles.
La Laguna, gracias por permitirme escribirte y guardarte en un relato conmigo.

Jaco Peña, retrato de mis escritos